Como las niñas sueltas no hacían más que acaparar comentarios, nadie reparó en ellas, nadie hablaba de ellas, nadie esperaba nada de ellas simplemente porque habían permanecido todo el año que dura el proceso creativo en un discreto segundo plano. Así que cuando una a una fueron entrelazando sus brazos para encarar la calle Juan Carlos I, gran parte de los allí presentes cayeron, en milésimas de segundo, rendidos a sus encantos, cautivar al publico resultó sencillo para este grupito de moras, nunca antes fue tan fácil hacer prisioneros cristianos…
Elegancia y vanguardia a partes iguales. Sencillo, efectivo y contundente: un pantalón, una blusa, un fajín, unas romanas, un turbante y un collar. Un boomerang directo al corazón que no paso desapercibido ni para el público ni para los fotógrafos. Desgraciadamente para ellas, el destino quiso que el año pasado su comparsa (musulmanes) las distinguiera como mejor escuadra con traje especial, no sé si hubiera sido justo dárselo dos años seguidos, pero desde luego sí hubiera sido merecido. Afortunadamente, su excelente cabo ha sido recompensada con el galardón correspondiente. Algo habrá tenido que ver el traje.
¿Que por qué no llevan capa? Pues porque en Creaciones Milady, de momento, no nos gustan las capas si no son para subirlas al caballo.
¿Que por qué todo el traje es verde botella y el turbante violeta? Pues porque haber llevado el bolso y los zapatos a juego habría sido demasiado fuerte para un desfile…

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